lunes, 29 de noviembre de 2010

Días son colores




   Hay días grises en los que todo se hace cuesta arriba. También los hay negros, pero mejor ni nombrarlos.  En esos días grises toca escalar. La verticalidad puede ser de vértigo, por lo que hay que amarrarse los arneses y trepar de forma pausada y segura, pues cualquier traspié en la subida puede ser altamente pernicioso. Como los alpinistas profesionales, nunca espero alcanzar la cima en la primera jornada, y es que la experiencia me ha enseñado que intentar recorrer todas las etapas de una sentada  puede provocar una  descompensación.

   Hay días verdes en los que todo está impregnado de un optimismo desbordante. En esos días de  "full battery" están permitidos, casi obligados, los adelantamientos que en otros momentos no nos atrevemos a realizar.  En el día verde hay que lanzarse. Eso sí, no hay que agotar toda la energía almacenada porque con toda probabilidad el mañana será de otro color. Yo he aprendido a utilizar el KERS después de una buena frenada.

Hay días rojos en los que la vulnerabilidad emocional es muy peligrosa. Suele ocurrirme como mínimo una vez al mes, de ahí el color, supongo. Destaca la susceptibilidad, que me hace estar a la defensiva e irritable y ver en los demás un juego agresivo. En esos días me ando con mucho cuidado con mis "passing shot" porque la mayoría se estrellan en la red y los que no, salen de la pista sin más remedio.

   Hay días azules en los que predomina la serenidad y seguridad en mí misma; días rosas en los que tengo que pasar cualquier decisión por el filtro del corazón olvidando poner cabeza, y por contra los días amarillos en los que los sentimientos son aplastados por la razón; días naranjas en los que resulta agotador remar a contracorriente pero siempre bajo el confort de llegar a buen puerto; y, en fin, días matizados, opacos, difuminados, intensos, saturados...

   Y, de pronto, llega el día blanco. La mezcla de todos los colores. El combinado perfecto. Ése es mi favorito: el día de la templanza -pictórica y virtuosamente hablando-.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bélen, me ha encantado!!! Yo hoy estoy en día gris, y lo has descrito perfectamente, además que a la escalada metaforica se le añade la escalada hasta la Corachán, porque realmente hoy todo se me hace cuesta arriba! Confío en que mañana sea verde, desde luego son los que más me gustan, pero en mi caso ese color requiere inevitablemente de un rayo de sol! Me gusta leerte, me gusta realmente. Yo no fui la afortunada hermana confidente de tus poeamas aunque debo reconocer que en alguna ocasión invadí tu intimidad......y siempre me gustó leerte, aunque no te comprendiera demasiado...

Marti dijo...

Ayer tenías día blanco?...no comment! Como siempre me ha encantado porq eres capaz de describir perfectamente. A diferencia de tu hermana, menos afortunada, los días q más me gustan son los azules y más q días las temporadas azules. Tras un día verde suele venir uno gris e incluso uno negro.
Gracias por tus ratitos!

B. G. R. dijo...

Querida Anónimo: ya sabes, pasito a pasito para no llegar rodando hasta Sants ;P. Supongo que invadir la intimidad va implícito en compartir habitación, no? A ver si sale el sol y el día se te vuelve como mínimo naranja. Un besote.

Marti: efectivamente ayer tuve un día blanquísimo que me tiñeron de blau-grana.Es verdad que después del verde viene el gris, pero con el kers es mucho más llevadero. Otro besote pa ti.

Anónimo dijo...

maravilloso...