martes, 30 de noviembre de 2010

GK



Hoy me he despertado con estas siglas en la cabeza: GK. Por más vueltas que le he dado durante todo el día, no he conseguido averiguar de qué se trata. ¿Qué son esas dos letras? No acabando de encontrar la respuesta , y una vez finalizada mi jornada laboral -por supuesto-, me he dedicado a darle forma a esas dos mayúsculas a base de googelazos y wikiclicks. Y he aquí una serie de nombres:

- Gilbert Keith Chesterton (1874-1936). Escritor británico encumbrado a ser el Príncipe de las Paradojas por sentencias como “la aventura puede ser loca, pero el aventurero ha de ser cuerdo” o “el optimista sólo cree en los demás y el pesimista sólo cree en sí mismo”. Autor de numerosísimas obras, se hizo popular con sus historias policíacas cuyo personaje principal es un sacerdote con dotes detectivescas.
El protagonista: Padre Brown, del que desconocía su existencia y no creo que vaya a conocer mucho más.

- Grace Kelly (1929-1982): Actriz antes que princesa, encarnó los sueños infantiles de las féminas de varias generaciones. Icono del cine clásico hollywoodense, interpretó papeles dispares que le llevaron a alcanzar la gloria cuando la Academia le otorgó el Oscar a mejor actriz. Icono asimismo de la moda occidental, marcó un estilo propio que ha llegado hasta nuestros días como un símbolo de elegancia y sobriedad.
La película: “The Country Girl” ("La angustia de vivir", extraña traducción).
El complemento: las gafas de sol, desde luego.

- Ghassan Kanafani (1936 -1977). Periodista y escritor palestino de ideas marxistas. Creció en un campo de refugiados en el Líbano junto a su familia. Como activista político fue una de las figuras más representativas del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) para el que redactó su programa político y asumió el papel de portavoz. Murió en un atentado autoría del Mossad, lo que lo elevó a la categoría de mártir.
El estilo: "literatura de resistencia", que recomiendan a quienes se interesen por el conflicto palestino.

- Gustavo Kuerten (1977- ). Tenista brasileño, más conocido como “Guga”, acabó su carrera profesional tras sufrir reiteradas lesiones que provocaron una merma en su rendimiento, no sin antes lograr triunfos que le llevaron incluso a ser el número uno mundial. Su carácter en la pista le hizo perder más de un partido y enemistarse con el público español.
El título: Roland Garros, cuyo trofeo arrebató a nuestro Alex Corretja en 2001.

- Glen Keane (1954 - ). Animador estadounidense de la era 3D de los Estudios Walt Disney al que debemos personajes tan imprescindibles en nuestras vidas como Pocahontas, Tarzán o Aladín. Galardonado por su carrera en el campo de la animación, hoy continúa  contribuyendo con su arte tanto para Pixar como Disney -que es lo mismo-.
El triunfo: “Tangled”, basada en el clásico Rapunzel de los Hnos. Grimm.

Después de toda esta dosis de cultura, seguimos sin entender el porqué de esta iluminación matutina mediante dos siglas que aparentemente nada quieren decir. Pero quédate con estas letras porque igual te levantas tú mañana pensando en ellas. Buenas noches y GK.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Días son colores




   Hay días grises en los que todo se hace cuesta arriba. También los hay negros, pero mejor ni nombrarlos.  En esos días grises toca escalar. La verticalidad puede ser de vértigo, por lo que hay que amarrarse los arneses y trepar de forma pausada y segura, pues cualquier traspié en la subida puede ser altamente pernicioso. Como los alpinistas profesionales, nunca espero alcanzar la cima en la primera jornada, y es que la experiencia me ha enseñado que intentar recorrer todas las etapas de una sentada  puede provocar una  descompensación.

   Hay días verdes en los que todo está impregnado de un optimismo desbordante. En esos días de  "full battery" están permitidos, casi obligados, los adelantamientos que en otros momentos no nos atrevemos a realizar.  En el día verde hay que lanzarse. Eso sí, no hay que agotar toda la energía almacenada porque con toda probabilidad el mañana será de otro color. Yo he aprendido a utilizar el KERS después de una buena frenada.

Hay días rojos en los que la vulnerabilidad emocional es muy peligrosa. Suele ocurrirme como mínimo una vez al mes, de ahí el color, supongo. Destaca la susceptibilidad, que me hace estar a la defensiva e irritable y ver en los demás un juego agresivo. En esos días me ando con mucho cuidado con mis "passing shot" porque la mayoría se estrellan en la red y los que no, salen de la pista sin más remedio.

   Hay días azules en los que predomina la serenidad y seguridad en mí misma; días rosas en los que tengo que pasar cualquier decisión por el filtro del corazón olvidando poner cabeza, y por contra los días amarillos en los que los sentimientos son aplastados por la razón; días naranjas en los que resulta agotador remar a contracorriente pero siempre bajo el confort de llegar a buen puerto; y, en fin, días matizados, opacos, difuminados, intensos, saturados...

   Y, de pronto, llega el día blanco. La mezcla de todos los colores. El combinado perfecto. Ése es mi favorito: el día de la templanza -pictórica y virtuosamente hablando-.

domingo, 28 de noviembre de 2010

28-N



  Hoy es día de elecciones catalanas, o sea, me toca ir a votar. Obligada por mi conciencia ciudadana acudiré a las urnas con la solemnidad propia del acto. Llevo semanas leyendo propaganda electoral de lo más variopinta, escuchando debates e incluso he asistido a una conferencia política. He seguido con cauta atención toda una campaña electoral a manos de candidatos de la farándula, he realizado encuestas y he memorizado los programas de la mayoría de los partidos.

   Todos los grupos, incluido el que gobierna en la actualidad, predicen un cambio de tal calibre que el día de hoy pasará a la historia de Cataluña (o Catalunya, para no herir sensibilidades) y, es más, la de España. Claro, una se siente conminada a ejercer su derecho de sufragio so pena de no participar en un hecho tan relevante. He llegado a creer lo que dicen todas las propagandas: que mi voto es decisivo y que podré contar a mis hijos con orgullo ciudadano que yo ayudé a cambiar el curso de la historia política de mi país -el de la ñ, digo-. Y así llevo semanas, esperando que algún partido me demuestre que merece MI voto, pues según publicitan bien podría ser el de calidad y, siendo así, no puedo regalarlo a cualquiera. Y estoy indecisa, lo confieso. Entre fidelidad y confianza es difícil escoger. Supongo que me decantaré por el voto útil, pues hablar de política y confianza resulta de lo más paradójico.
  
   Y después a esperar el resultado. Pero seamos francos, el que nos importa a los barceloneses no es el electoral sino el del partido que se jugará aquí mañana, el mismo que se ha adueñado de nuestras conversaciones en los últimos días. Yo apuesto por el blanco. Y no me refiero al voto.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Recuerdos




  Es curioso cómo actúan los recuerdos en nuestra cabeza, incluso aquéllos que creemos tener olvidados. Algunos atacan sin piedad cuando menos lo esperamos y se acomodan hasta que con mucho empeño conseguimos echarlos. Otros aparecen sin más y nos llenan de emociones de forma incontrolada.

  Un olor, una frase o una canción pueden convertirse en una foto en nuestra mente. En décimas de segundo la foto pasa a ser una imagen en movimiento. Ahora somos espectadores de una película que ya hemos visto y, si cerramos los ojos, pasamos a ser protagonistas de la secuencia.

   Somos capaces de sentir el calor de aquel día de playa en el que transcurre la escena. Oímos el sonido de las olas rompiendo en la orilla, nos molesta el tacto de la arena en la toalla y nos ciega la luz del sol de verano. Podemos interactuar con todos los personajes que van apareciendo y reproducir las conversaciones que se entablaron entonces.

   Somos capaces de estremecernos con el recuerdo de una caricia, fruncir el ceño reviviendo una disputa o tocarnos los labios por la evocación de un beso apasionado. Podemos llorar en la memoria y sonreír en el pasado.

   Un ruido o quizás un golpe y el recuerdo se esfuma sin posibilidad de retenerlo. Generalmente nos invade la nostalgia, pero a veces nos alegramos de volver al presente. Y lo curioso, en realidad, es cómo los recuerdos vienen y se van.
  

viernes, 26 de noviembre de 2010

Para reflexionar




Iba ayer en el tranvía de vuelta del trabajo… Sí, de acuerdo, soy una gandula y por dos paradas podría ir caminando a casa. Como decía, iba en el tranvía y delante de mí había dos chicas de veintitantos que mantenían la siguiente conversación:
-          Qué semanita llevo, Maria.
-          Cuéntame, porque no nos hemos hablado desde el jueves pasado.
-          El lunes le diagnosticaron cáncer de páncreas a mi madre.
-          ¿Què dius? ¿Cómo está?
-          Fatal, ya sabes cómo es de negativa.
-          ¿Y tú cómo estás?
-          No nos engañemos, es el páncreas. Lo llevaremos como podamos.
    (Silencio)
-          Anna, ayer quedé con el Jordi.
-          Últimamente parece que os lleváis muy-pero-que-muy bien.
-          Oi tant! La semana pasada me dijo que era tan afortunado porque la mujer de su vida lo ha estado esperando más de tres años...
-          Ostres tu! Sabía que volveríais. Es que lo sabía.
-          Ya. Eso fue la semana pasada. Ayer me dijo que había encontrado a su media naranja y que hemos de dejar de vernos.
-          Cabró! ¿Y tú cómo estás?
-          Sinceramente, si ha encontrado a su media naranja es que yo no era la mujer de su vida. Ya se me pasará.
    (Silencio. Sólo me queda una parada.)
-          Marieta, ¿i què tal a la oficina?
-          Fatal. Hoy se han reunido los jefassus a ver si cierran la paradeta(traduzco: el chiringuito). Pero, vamus, está claro que en enero nos vamos todos al paro.
-          Osti tu! Vaya semanita ¿Y tú cómo estás?
-          La verdat, Anna, era previsible con esta crisis. Ya saldré adelante.
    (Silencio. Me aproximo a la puerta para bajarme pensando en que esta Maria es toda una lección de positivismo, resignación y “bon rotllo”. Le ha contado todo esto a la amiga sin que se le mueva una pestaña y en el mismo tono pausado y tranquilo. Hasta tengo ganas de aplaudirle.)
-          Osti tu, Maria, te admiro. Estás tan tranquila...
-          M’he fumat uns porros, Anneta....
     (Supongo que no necesita traducció)

jueves, 25 de noviembre de 2010

Y por qué no?

No tengo ni idea de por qué me introduzco en este mundo bloggero, pero reconozco que me excita la idea. Simplemente me gusta escribir y éste es un buen medio para hacerlo. ¿Y por qué no? Según me han dicho, puede ser un ejercicio mental e incluso una terapia. 

No tengo ni idea de la línea que va a seguir mi blog, la temática o el estilo. No espero reconocimiento. Ni siquiera espero público o seguidores. Al fin y al cabo sólo son cosas mías. Pero si quieres hacerlas tuyas, encantada de compartirlas contigo.

No tengo ni idea de cómo he llegado hasta aquí. Sólo sé que estoy en un momento de mi vida muy especial. Me siento en paz conmigo misma y con los que me rodean. Y, lo que es igual de importante, correspondida por todas las personas a las que quiero. Supongo que eso es la felicidad. Y desde este punto es desde el que pretendo escribir. Sí, precisamente ahora, cuando me encuentro con el alma en silencio y la mente sosegada; paz en el pensamiento y brillo en la mirada; serenidad en el gesto y la sonrisa esbozada.